23 años, Abuja, Nigeria

Boko Haram mató a sus dos hermanos y a sus padres en octubre 2016 en la aldea en la que vivían cerca de Abuja. Huérfano, sus amigos le convencieron para que se marchara a Libia y le organizaron el viaje. Cuando llegó a Libia se dio cuenta de que le habían vendido, una milicia le secuestró y torturó para tratar de sacarle dinero. Pasó más de un año en un centro de detención en Tripoli donde fue torturado: descargas eléctricas, palizas con palos… tiene marcas en las muñecas de las cuerdas con las que le amarraban las manos. «(En el centro de detención) todo el mundo estaba lleno de heridas, a algunos les disparaban en las piernas…»

Testimonio recogido y redactado por Marta Maroto (El País)